LA CERRO PRENDÍO
DTTO. CAPITAL
Pese a estas confesiones de su intimidad, Tatiana aclara que no es ninfómana, sino que está sexualmente insatisfecha. Tanto su apodo de “La Cerroprendío“, como el de su madre y el lenguaje que usa para describirla, hacen que la relacionemos con un ambiente ordinario. Pero las referencias culturales que utiliza de inmediato la presentan a la vez como una mujer educada; es más, de educación exquisita: la ópera de Wagner son una máxima en su vida.
DANIEL FAGUNDEZ