El maestro Roberto Rowinsky deleitó este miércoles al público caraqueño con la presentación de su obra “Sabotaje Petrolero” en el Teatro Principal, en Caracas.
A casa llena, Rowinsky, acompañado en escena de su hija Nova, paseó al público por los aspectos, conceptos e ideas más relevantes y trascendentales del sabotaje contra la industria petrolera venezolana ejecutado a finales del año 2002 y principios de 2003.
Con una excelente escenografía que envuelve al espectador en un ambiente sobrio y serio, los actores presentan en dos actos, una narrativa precisa, tenaz y contundente sobre lo sucedido durante el sabotaje.
No escatiman en el uso del lenguaje claro y punzante para explicarle al público que aquellos hechos no fueron una simple iniciativa gremial, sino un plan macabro para derrocar al presidente de la República, Hugo Chávez, que representaba la esperanza del pueblo humilde.
Para Rowinsky es necesario este montaje, debido a que existe una generación que no conoce detalles de los hechos del sabotaje petrolero. “Es necesaria la memoria, lo dice uno de los personajes, los pueblos que olvidan dejan las puertas abiertas para repetir el horror de los eventos más oscuros”, destacó.
Agregó el actor que su teatro “está comprometido ideológicamente y gira en torno a estos temas”.
Por su parte, Rowinsky manifestó sentirse emocionada por el apoyo del público y agradeció al equipo organizador del festival por hacer posible este reencuentro.
Mencionó que se sintió comprometida y vinculada desde el momento en que el ministro para la Cultura, Ernesto Villegas, y el presidente de la Compañía Nacional de Teatro, Carlos Arrollo, construyeron esta idea de un festival enmarcado en una perspectiva histórica e ideológica, definida como teatro progresista.
Para la actriz es importante que el público joven conozca la historia del sabotaje petrolero. “Quisieron darle jaque mate al sueño de transformar esta sociedad, impulsado por el comandante Chávez”, dijo.
Relató que “antes de venir estuve escuchando a Chávez en la radio casualmente y me dio mucha emoción porque este texto lo hago y lo invoco, no como una figura de culto, sino por lo que hizo, la conciencia que movió en este pueblo, el sentido de autoestima, de identidad. Recordarlo es sentir la fuerza que tiene este pueblo para resistir”.
Prensa FITP